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Concurso de ideas. Edificio LUCIA. Universidad de Valladolid.


La heterogeneidad del programa, basado en el modelo Triple Hélix es la base del argumento de desarrollo del edificio. Este va a albergar la cadena de actividades con la que se conectan la docencia, la investigación universitaria y la empresa, con el objetivo de que la actividad académica repercuta en la sociedad y en el mercado.

Es fundamental la ubicación. Como punto de partida el entorno universitario (campus). Igual de importante es el objetivo final: el entorno empresarial. Para recorrer el camino entre ambos, se hace evidente la necesidad de espacios variados y flexibles en su configuración y posibles usos, además de una amplia interrelación entre ellos. Todo ello da como resultado una geometría compleja compuesta de varios elementos.
Torre Faro
El edificio se autopublicita con un volumen que sobresale, como pieza de remate, visible desde el campus y las infraestructuras (ronda y vía de tren). A modo de gran pantalla, su piel sirve de soporte a mensajes que deben adentrarse en lo publicitario, de la misma manera que lo académico se adentra en lo empresarial y comercial a través del spin-off.

Zona de Spin-Off
El vivero de empresas, el espacio de materialización del proceso. Se adosa al volumen representativo de la torre faro, y se macla conceptual y funcionalmente con los tres centros de investigación.

Volúmenes Puente
Albergan los tres centros de investigación. Se apoyan en el spin-off por un lado, y en la pastilla de aulas por el otro. Sirven literal y conceptualmente de puente entre ambos.

Pastilla de aulas
Uno de los apoyos de los centros de investigación, alberga la parte formativa del programa, fundamento y paso previo e ineludible hacia la investigación. Se vinculan de manera más directa con el resto del campus.

Acceso y áreas comunes
En el frente del edificio hacia el campus. La parte más pública y más abierta a la universidad, sirve de filtro entre esta y el resto del programa. Aglutina los espacios de uso mixto: público, universitario y empresarial.

Patio
Un espacio interno, vínculo visual entre todas las partes del programa y del proceso. Sirve de zona de descanso, enmarca y conecta visualmente con las áreas verdes del campus. Siendo además parte activa en la gestión bioclimática y energética del conjunto.

Precisamente su limitación en altura (además de la orografía de la zona) permitirá que la cubierta poliédrica se aprecie desde los edificios circundantes y desde perspectivas no excesivamente lejanas, reforzando la imagen global del edificio.

Concurso para la Construcción de un TEMPLO PARROQUIAL

Lema: keiphas

Dos mil años después, una iglesia. La IGLESIA, dos mil años después, ha de ser fiel a su origen y ha de estar inmersa en su tiempo.
Recuperemos la imagen primigenia. KEIPHAS, Lithos, Petrus, Piedra. Una piedra. Una roca facetada.
Insertémosla en el presente. El presente racional, organizado, ordenado. La retícula. El ensanche de extrarradio. La roca facetada se recorta con un perímetro ortogonal y aterriza en la trama (sub)urbana.
Vuelta al origen. A la Iglesia primigenia que rezaba en catacumbas. Excavamos dentro de nuestra roca para crear una cueva que aloje a la Iglesia de hoy.
Otra vez al presente. Saltando siglos de omnipresencia de la Iglesia y de las iglesias en el perfil urbano. Estas ya no deben destacarse en la ciudad y la sociedad. La roca facetada no supera la altura de los edificios de viviendas. Destaca por su singularidad, no por su escala, sin sobresalir. Ahora forma parte de la trama urbana y social. Encaja.
El evidente carácter público (y en algunas ocasiones multitudinario) de la mayoría de los espacios del programa del proyecto conduce a su ubicación a nivel de calle. Se organizan alrededor de una plaza, interior pero pública, que los distribuye y separa. Por una parte la iglesia propiamente dicha y por otra, los espacios asociados de parroquia, administrativos, etc. Se llevan al sótano una serie de espacios de servicio accesorios: almacenes, instalaciones, aparcamiento; vinculados a la planta paja a través de un patio inglés que daría la posibilidad de flexibilizar el uso de alguna de las estancias enterradas. Quedan en planta primera dos partes del programa. Vinculado a la iglesia (desde la que se accede) y en altillo sobre ella, el coro. Y sobre la zona administrativa, al otro extremo de la plaza, el espacio residencial.
Se unifica el conjunto de volúmenes bajo una misma apariencia formal, una forma poliédrica que quiere asemejarse a una roca, KEIPHAS en arameo. En aras de esa pretendida similitud se busca una apariencia monolítica y homogénea. Se utiliza de forma generalizada el hormigón en la totalidad de la envolvente del edificio, además de en los elementos estructurales principales. En estructura horizontal se plantea combinar hormigón armado y acero para las grandes luces. Tanto la forma poliédrica como el acabado hormigonado se repiten en cerramientos verticales, cubierta y pavimentos.
La cruz, símbolo primigenio de la Iglesia, se genera siguiendo el patrón geométrico del conjunto del edificio. Cumple función de símbolo y reclamo, enmarca la entrada y enlaza los dos volúmenes entre los que se reparte el programa. Cierra la plaza y une físicamente los espacios que recogen los dos usos del edificio: lo litúrgico y lo parroquial. Genera el acceso bajo sus brazos, una entrada simbólica a la iglesia y a la IGLESIA.
En el interior del espacio de la iglesia se reproduce la geometría facetada exterior. Se combina el hormigón monolítico con revestimientos más cálidos en madera. Hay un tercer material que se repite. En los huecos de los espacios más singulares se utiliza alabastro para mantener el homogéneo aspecto pétreo al exterior, y permitir una iluminación matizada al interior.
En el aspecto dimensional, el edificio es discreto en sus alturas máximas. La singularidad viene dada por la imagen y la forma más que por la dimensión. Precisamente su limitación en altura (además de la orografía de la zona) permitirá que la cubierta poliédrica se aprecie desde los edificios circundantes y desde perspectivas no excesivamente lejanas, reforzando la imagen global del edificio.
El conjunto del proyecto, en definitiva, trata de integrar la metáfora de la forma rocosa, irregular y aparentemente azarosa de los volúmenes exterior y también interior con la ortogonalidad del planeamiento; y al mismo tiempo intenta dotar al edificio de una singularidad no basada en la escala. Todo ello queriendo completar un edificio acorde con el importante papel social de la Iglesia del siglo XXI.

Intervención urbana en el parque de la Dehesa (Soria). Propuesta 2: quiebros.



Génesis
El proyecto nace de la adaptación de un programa muy sencillo formado por tres piezas de usos diferentes a la plataforma arbolada integrada en el parque de la Dehesa sobre la que debe asentarse el pabellón propuesto.

El parque está integrado dentro de la trama urbana, situándose la parcela en el interior del mismo, ajena a la geometría urbana pero muy condicionada por la topografía y por los paseos del parque que la rodean.

El edificio proyectado busca adaptarse al entorno visual, material y volumétricamente. Esta integración se realiza utilizando materiales de origen y aspecto natural y mediante quiebros firmes pero sencillos que permiten situar el pabellón dentro de la masa vegetal sin afectarla.


En la distancia
Aunque la construcción será perdurable en el tiempo, el proyecto plantea un edificio ligeramente elevado sobre el terreno que reafirme la imagen de un pabellón “temporal” situado en un espacio “natural”.

El volumen propuesto, se genera a partir de tres cuerpos enlazados entre sí, que conforman un perfil escalonado y limpio que se adapta a los usos interiores propuestos. De esta manera la silueta de la pieza, vista desde la lejanía, se integra en el entorno gracias a los quiebros y cambios de altura de los cuerpos.


Volúmenes y programa
Como se comenta en el párrafo anterior, el programa propuesto se divide en tres: por un lado la cocina, el almacén y los aseos practicables; por otro la zona de uso público y barra; y por último, la terraza cubierta. Las tres piezas obtenidas generan tres volúmenes diferenciados en altura para adaptar la sección del edificio al uso comprendido en él. Dichas piezas se unen permitiendo su uso de manera independiente y se quiebran adaptándose al lugar.

El pabellón dispone de tres accesos, uno directo al bar y comunicado de manera visual con la Glorieta de Martín Tapia. Un segundo que permite su uso como acceso desde el Paseo del Cid Campeador y también como salida desde el bar a la zona de terrazas exterior. Y por último, una tercera puerta de servicio situada hacia la parte posterior del edificio e integrada en el cerramiento que comunica con el Paseo de Máximo Peña.

Exteriormente se propone una pavimentación adaptada a los usos que se podrían desarrollar en la explanada con tierra tipo filler, césped y pavimento duro.


Luz
El sol de Castilla tan añorado en invierno y aborrecido en verano se convierte en parte principal del desarrollo de la idea.

La orientación hacia el norte del pabellón condicionado por la relación con la Glorieta de Martín Tapia y el Paseo del Cid, obliga a buscar la iluminación en planos de fachada opuestos a estos espacios. De este modo, el escalonamiento de los volúmenes permite recoger la luz de la mañana a través de dos quiebros orientados hacia el este. De igual modo, el ventanal abierto hacia el sur en la terraza interior, permite iluminar y calentar este espacio en invierno cuando se prevee su mayor y mejor uso.

Además de estos huecos el resto de los espacios disponen de aperturas hacia el exterior que ayudan a iluminar y ventilar los espacios interiores.


Presenciar el exterior
Las zonas más públicas del programa, el bar y la terraza interior, pretenden una relación visual muy directa con el entorno, aprovechando las excelentes vistas hacia el parque de la Dehesa. Por este motivo se generan tres grandes ventanales que permiten ver y ser visto desde el exterior.

En cambio, los usos más privados quedan ocultos tras ventanas situadas por encima de la visual y ocultas tras lamas, en el caso de la cocina y el almacén, y tras el rótulo de letras de chapa, en el caso de los aseos.


Materialidad
El pabellón está resuelto con una estructura metálica sencilla y fácilmente modulable, que asegura un montaje rápido de todo el conjunto. Esta estructura se forra por el interior con tablas de madera barnizadas colocadas con junta abierta. Exteriormente se coloca una piel de planchas de cobre, ejecutadas con junta alzada a 45º y tratadas con pátina para obtener un color verdoso que ayude a integrar la pieza en el entorno. La piel exterior se completa con doble vidrio de seguridad con cámara intermedia.

La zona exterior se proyecta combinando diferentes pavimentos y texturas: tierra batida tipo filler, adoquín de varios colores, césped y bordillos, además de losas de hormigón en los accesos secundarios.

Esta variedad responde a una zonificación de usos en la que se pueden combinar zonas estanciales con zonas de paso y zonas de juego.

Intervención urbana en el parque de la Dehesa (Soria). Propuesta 1: …está la tierra mojada por las gotas del rocío.



La irregularidad orgánica de la vegetación del parque se enfrenta a la geometría racional de la intervención arquitectónica. Partimos de una plataforma rectangular, basamento continuo para el desarrollo del programa. Sobre la mayor parte de esta base situamos una cubierta plana de canto muy reducido. Y entre ambas, tres cajas que se intersectan para recoger el programa. Dos de ellas son opacas. Una para cocina y almacenes, y otra para los servicios. Los usos públicos se ubican en una tercera caja acristalada en todo su perímetro. La continuidad visual con el exterior va ligada al uso combinado de espacios interiores, exteriores bajo la cubierta y exteriores al aire libre, variable según fechas y climatología.

Tanto el basamento como la cubierta se perforan siguiendo el patrón irregular y orgánico de los árboles existentes. Cada árbol es el centro de una serie de círculos concéntricos, como ondas de gotas sobre el agua. Los de menor diámetro perforan la base creando amplios alcorques. Los intermedios, muerden y atraviesan la cubierta, generando juegos de luz y sombra. En las intersecciones entre los más grandes se ubica un bosque de pilares circulares de pequeña sección, una estructura irregular en su geometría que incorpora lo orgánico a lo tectónico.

El punto de partida del programa es posibilitar el uso combinado de espacios interiores y exteriores. Ello induce a intentar lograr una continuidad entre el interior y el exterior del edificio, una disolución de los límites físicos del espacio. Pensando en precedentes ya clásicos como la Fundación Cartier de París, de Jean Nouvel, o en otros tan recientes como el pabellón de la Serpentine Gallery de Londres, de Sanaa, se realiza la elección de estrategias y materiales: vidrio y acero con diferentes acabados: desde el mate al espejo, pasando por el tejido metálico. La vegetación ocupa el contorno del edificio pero también algunos lugares en el interior de la plataforma y la cubierta. La cara inferior de esta llevará un acabado pulido que reflejará en un grado considerable tanto los elementos cercanos en el interior del edificio como la vegetación de segundo plano. El perímetro de la caja acristalada será doble. Entre ambas hojas se albergan cortinas de tejido metálico que permiten crear bandas de diferente opacidad. El espectador, a través de la caja de vidrio y por debajo de la “cubierta-espejo” observará una variación continua de imágenes y reflejos de la vegetación, en la que se mezclarán, fundirán y confundirán interior y exterior, primer y segundo plano.


A pesar de su geometría irregular, la pequeña escala del edificio hace que su construcción no necesite de grandes medios. El propio basamento, una superficie continua en hormigón pulido, generará en su interior una sencilla cimentación. Las cajas que albergan el programa son autoportantes, y se apoyan directamente sobre esta base corrida. La cubierta se apoya en una malla irregular de pequeños pilares. Su número es lo suficientemente grande como para limitar su sección, por lo que para todos ellos se utiliza un mismo perfil circular, de 100 mm de diámetro Entre ellos se plantea una red de nervios que dividen la superficie en triángulos, completada por un perfil perimetral adaptado a la geometría de la cubierta, para la que se busca mantener un canto reducido. Esta se completa con una lámina inferior con acabado en espejo, y una segunda lámina superior que garantice la impermeabilidad. Entre ambas se albergarán elementos de aislamiento y algunas instalaciones.

El grueso de las instalaciones del edificio se centralizan en la franja entre las cajas de servicio y la cubierta. Las cajas se retranquean en su parte superior, separándose de la cara inferior de la cubierta y permitiendo la ubicación de las instalaciones de climatización, evacuación de humos, aire, etc.

Concurso de Anteproyecto: Marquesina para campo de rugby

Lema: Bajo Palos.
Las instalaciones deportivas de la Fundación Municipal de Deportes “Complejo Deportivo Ciudad de Valladolid” acogen un gran número de actividades deportivas entre las que se encuentra el rugby.

El rugby es un deporte de contacto honorable, duro en el terreno de juego y amigable fuera de él. Como todos los deportes se inspira en la superación personal, en la lucha por conseguir objetivos más altos, en la celebración de la victoria y la superación de la derrota, pero a diferencia de otros, en el rugby todo esto se hace en compañía de otros 14. Es un deporte de equipo en el que el óvalo está más tiempo en manos de otro que en las tuyas propias, en el que el éxito, el fracaso o el dolor dependen no sólo de ti sino principalmente de tus compañeros. Y es por este motivo por el que el rugby se entiende como una manera de vivir más que un deporte. El partido es una parte más de una actividad que también se compone de duros entrenamientos, golpes y lesiones o del tercer tiempo tras el partido donde se perdona y disfruta con tu adversario. Es por este motivo por lo que el rugby se lleva en la sangre formando parte de tu ser y de lo que eres, convirtiéndose de este modo en un eslabón más del ADN personal.
En este contexto, la idea de la propuesta no ha buscado únicamente la forma de cubrir de una manera adecuada el graderío sino que se ha buscado la manera de trasladar el espíritu del rugby a este elemento. Y al igual que la estructura del ADN, la estructura de madera de la marquesina se asemeja a esta cadena natural que está formada por muchas unidades simples conectadas entre sí que en conjunto forman el elemento proyectado. Todos estos elementos se apoyan en un eje principal que no se mantiene paralelo al suelo sino que presenta una ligera pendiente ascendente desde el acceso natural al graderío trasladando la tensión propia del juego a la visera.
La idea planteada presenta de este modo una perfecta adaptación a sus funciones evitando el soleamiento excesivo de los espectadores, permitiendo la retrasmisión de los encuentros desde la cabina de prensa y evacuando de manera adecuada el agua que pudiera acumularse sobre ella.