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Intervención urbana en el parque de la Dehesa (Soria). Propuesta 2: quiebros.



Génesis
El proyecto nace de la adaptación de un programa muy sencillo formado por tres piezas de usos diferentes a la plataforma arbolada integrada en el parque de la Dehesa sobre la que debe asentarse el pabellón propuesto.

El parque está integrado dentro de la trama urbana, situándose la parcela en el interior del mismo, ajena a la geometría urbana pero muy condicionada por la topografía y por los paseos del parque que la rodean.

El edificio proyectado busca adaptarse al entorno visual, material y volumétricamente. Esta integración se realiza utilizando materiales de origen y aspecto natural y mediante quiebros firmes pero sencillos que permiten situar el pabellón dentro de la masa vegetal sin afectarla.


En la distancia
Aunque la construcción será perdurable en el tiempo, el proyecto plantea un edificio ligeramente elevado sobre el terreno que reafirme la imagen de un pabellón “temporal” situado en un espacio “natural”.

El volumen propuesto, se genera a partir de tres cuerpos enlazados entre sí, que conforman un perfil escalonado y limpio que se adapta a los usos interiores propuestos. De esta manera la silueta de la pieza, vista desde la lejanía, se integra en el entorno gracias a los quiebros y cambios de altura de los cuerpos.


Volúmenes y programa
Como se comenta en el párrafo anterior, el programa propuesto se divide en tres: por un lado la cocina, el almacén y los aseos practicables; por otro la zona de uso público y barra; y por último, la terraza cubierta. Las tres piezas obtenidas generan tres volúmenes diferenciados en altura para adaptar la sección del edificio al uso comprendido en él. Dichas piezas se unen permitiendo su uso de manera independiente y se quiebran adaptándose al lugar.

El pabellón dispone de tres accesos, uno directo al bar y comunicado de manera visual con la Glorieta de Martín Tapia. Un segundo que permite su uso como acceso desde el Paseo del Cid Campeador y también como salida desde el bar a la zona de terrazas exterior. Y por último, una tercera puerta de servicio situada hacia la parte posterior del edificio e integrada en el cerramiento que comunica con el Paseo de Máximo Peña.

Exteriormente se propone una pavimentación adaptada a los usos que se podrían desarrollar en la explanada con tierra tipo filler, césped y pavimento duro.


Luz
El sol de Castilla tan añorado en invierno y aborrecido en verano se convierte en parte principal del desarrollo de la idea.

La orientación hacia el norte del pabellón condicionado por la relación con la Glorieta de Martín Tapia y el Paseo del Cid, obliga a buscar la iluminación en planos de fachada opuestos a estos espacios. De este modo, el escalonamiento de los volúmenes permite recoger la luz de la mañana a través de dos quiebros orientados hacia el este. De igual modo, el ventanal abierto hacia el sur en la terraza interior, permite iluminar y calentar este espacio en invierno cuando se prevee su mayor y mejor uso.

Además de estos huecos el resto de los espacios disponen de aperturas hacia el exterior que ayudan a iluminar y ventilar los espacios interiores.


Presenciar el exterior
Las zonas más públicas del programa, el bar y la terraza interior, pretenden una relación visual muy directa con el entorno, aprovechando las excelentes vistas hacia el parque de la Dehesa. Por este motivo se generan tres grandes ventanales que permiten ver y ser visto desde el exterior.

En cambio, los usos más privados quedan ocultos tras ventanas situadas por encima de la visual y ocultas tras lamas, en el caso de la cocina y el almacén, y tras el rótulo de letras de chapa, en el caso de los aseos.


Materialidad
El pabellón está resuelto con una estructura metálica sencilla y fácilmente modulable, que asegura un montaje rápido de todo el conjunto. Esta estructura se forra por el interior con tablas de madera barnizadas colocadas con junta abierta. Exteriormente se coloca una piel de planchas de cobre, ejecutadas con junta alzada a 45º y tratadas con pátina para obtener un color verdoso que ayude a integrar la pieza en el entorno. La piel exterior se completa con doble vidrio de seguridad con cámara intermedia.

La zona exterior se proyecta combinando diferentes pavimentos y texturas: tierra batida tipo filler, adoquín de varios colores, césped y bordillos, además de losas de hormigón en los accesos secundarios.

Esta variedad responde a una zonificación de usos en la que se pueden combinar zonas estanciales con zonas de paso y zonas de juego.

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