Una de mis aficiones favoritas consiste en visitar edificios, plazas, parques u otros elementos que hayan sido proyectados o diseñados por arquitectos o están intimamente relacionados con la arquitectura. De este modo empiezo una serie de pequeños escritos en los que hablaré de ciudades, edificios o museos que según mi opinión merecen la pena ser vistos.
Empezaré por Dublín, que es un destino tan bueno como cualquier otro para pasar unos días. En mi último viaje, descubrí que además de la fábrica de Guinness y The Temple Bar existen otras opciones para no empezar a beber tan pronto por la mañana... una de ellas es visitar el Museo Nacional de Historia y Artes Decorativas de Irlanda al otro lado del río frente a la fábrica donde elaboran la negra. En él podemos encontrar lo típico de estos museos: sombreros que llevaban las irlandesas en 1812, la silla donde solía sentarse alguno de los O`callaghan o el colmillo de morsa que talló minuciosamente algún "bárbaro" celta allá por el 1500 antes de nuestra era... pero además nos llevaremos la grata sorpresa de descubrir en su última planta existe un ala dedicada a Eileen Gray una arquitecta de principios del siglo XX y excepcional diseñadora de mobiliario y accesorios de la vivienda.
Cómo todas las mujeres de su época debió luchar por hacerse un pequeño hueco en un mundo que las consideraba ajeno a ellas. Muchos son los ejemplos de mujeres que han sido olvidadas por la historia de un mundo tan liberal como el de del arte y más concretamente por la arquitectura: Margareth MacDonald (esposa de Charles Rennie Mackintosh) fue la gran impulsora de la mayoría de los diseños planos de su esposo, Charlotte Perrieand que contribuyó enormemente al desarrollo y construcción de la famosa LC4 (Chaise Longue) de Le Corbusier, y otras muchas que se han quedado por el camino y que espero puedan ser objeto de otra entrada en un futuro.
Volviendo a nuestra protagonista, su elemento más famoso y el más extendido por las tiendas especializadas es su mesa de apoyo cromada. Es uno de los iconos del diseño del siglo XX. Está hecha de acero cromado y cristal templado. Su diseño es sencillo aunque bastante funcional gracias a la posibiliad de subir y bajar la altura de la bandeja superior. En definitiva un claro ejemplo del modernismo que se impulsaría en el primer tercio de siglo pasado.
Bueno, lo dicho, ya sabéis qué hacer cuando pasando por Dublín tengáis una ligera resaca y no podáis ingerir más cerveza autóctona.
20.7.09
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